Mitos Amazónicos

El Amazonas

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Amazonas es uno de los departamentos colombianos más ricos en flora y fauna, su riqueza natural es incomparable, además también posee una excelente riqueza étnica, según la Gobernación, Amazonas cuenta con cerca de 26 etnias (Encolombia.com), Así mismo cuentan con una enorme riqueza de narraciones históricas y fantásticas que el Sistema Nacional de Información Cultural del estado ha recopilado y que aquí les presentamos.




Mitos de la creación

La explicación del origen del pueblo de los Ticunas, llamados “Pieles negras” por sus vecinos debido a que así pintaban sus cuerpos en las ceremonias dedicadas a sus dioses o sus protectores de clan, narra que Yuche, quien vivía desde siempre en el mundo, en compañía de las perdices, los paujiles, los monos y los grillos, había visto envejecer la tierra. A través de estos animales, se daba cuenta de que el mundo vivía y que la vida era tiempo y que el tiempo... era muerte. 

No existía en la tierra sitio más bello que aquel donde Yuche vivía; era una pequeña choza en un claro de la selva, muy cerca de un arroyo enmarcado en playas de arena fina. Todo era tibio allí, ni el calor ni la lluvia entorpecían la belleza de aquel lugar. Dicen que nadie ha visto el sitio pero los Ticunas esperan ir allí algún día.

Un día Yuche fue a bañarse al arroyo como de costumbre. Llegó a la orilla y se introdujo en el agua hasta que estuvo enteramente sumergido. Al lavarse la cara se inclinó hacia adelante mirándose en el espejo del agua; por primera vez notó que había envejecido.

Al verse viejo se entristeció profundamente. “Estoy ya viejo... sólo!. Oh, si muero la tierra quedará más sola todavía”. Apesadumbrado, despaciosamente emprendió el regreso a su choza. El susurro de la selva y el canto de las aves lo embriagaban de infinita melancolía.

Por el camino sintió un dolor en la rodilla como si le hubiera picado un animal. Sin darse cuenta, pensó que había podido ser una avispa y comenzó a sentir que un pesado sopor lo invadía. Siguió caminando con dificultad y al llegar a la choza se recostó quedándose dormido. Tuvo un largo sueño; soñó que entre más soñaba más se envejecía y más débil se ponía y que de su cuerpo agónico se proyectaban otros seres. Despertó muy tarde al día siguiente y quiso levantarse pero el dolor se lo impidió.

Entonces se miró la rodilla y notó que la tenía hinchada y transparente. Le pareció que algo en su interior se movía; al acercar más los ojos vio con sorpresa, allá en el fondo, dos seres minúsculos que trabajaban y se puso a observarlos.

Las figuras eran de un hombre y una mujer, el hombre templaba un arco y la mujer tejía un chinchorro. Yuche les preguntó: “¿Quienes son ustedes? ¿Cómo llegaron ahí?” Los seres levantaron la cabeza, lo miraron pero no dijeron nada, siguieron trabajando. Al no obtener respuesta hizo un máximo esfuerzo para ponerse de pié, pero cayo en tierra.

Al golpearse la rodilla contra el suelo, salieron de allí los dos pequeños seres que empezaron a crecer mientras él moría.


Los primeros Ticunas se quedaron un tiempo allí, donde tuvieron muchos hijos y más tarde se marcharon porque querían conocer más tierras. Muchos Ticunas han buscado ese lugar pero ninguno lo ha encontrado. Algunos dicen que es en el Brasil, en una quebrada que desemboca en el río Yavarí.


El árbol de Agua Grande


Resultado de imagen para el arbol de agua grandeEsta es la historia del principio del mundo, cuando la creación estaba incompleta, cuando no había agua, ni luz, ni hombre para que al menos cuidara de las cosas del mundo. Solo estaban la tierra, el cielo, algunos animales y frutas por conocer. Era una confusión, la oscuridad sobre la tierra dependía de un árbol inmenso que la cubría.

Así fue que llegó el momento en que Yoí, el primer padre existente en la tierra, reflexionara para dar y poner fin a las cosas. De esta manera habló a su hermano Ipí, pero éste era muy pícaro y todo lo que su hermano mayor decía, lo contradecía a pesar de que fuera su única compañía en la tierra.

El cielo estaba cubierto de oscuridad. Yoí llamó a su hermano y dijo “Vamos a coger todas las frutas existentes en la tierra y llamamos a los animales existentes para convocarles que vamos a tumbar este árbol inmenso llamado Lupuna”

Entonces todos los animales existentes sobre la tierra comenzaron a picar, morder y raspar el árbol. Toda una multitud de animales que ya existían en la tierra estaban a punto de tumbar el árbol. Sin embargo, Yoi e Ipí se sorprendieron  porque aún no lo conseguían. Entonces Yoí mandó a llamar a las dos especies de ardillas que existían en el mundo. Mandó subir a la ardilla golosa hasta el final del árbol para ver por qué no quería caer. La pequeña ardilla no consiguió llegar hasta la cima del árbol, solo pudo llegar hasta la mitad.

Entonces Yoí mandó subir a la otra especie de ardilla, que era la ardilla trepadora. Esta ardilla sí pudo trepar hasta la cepa del árbol y descubrió la razón de la sorpresa de Yoí e Ipí. Bajó enseguida y le dijo a Yoí que era un mico perezoso que con las manos tenía agarrado el cielo y con los pies tenia agarrada la copa del árbol y era por eso que no quería caer.

Yoí mandó nuevamente a la ardilla trepadora a la cima del árbol con ají para echarle al mico perezoso. Ella llegó hasta la cepa del árbol, le echó el ají en la boca al mico perezoso pero no le hizo nada. La ardilla volvió a bajar y dijo que el ají no le hacía nada al mico.

Entonces volvió a subir con unas hormigas pequeñas que en la zona se conocen como “twnw”, cuya picadura es muy fuerte. La ardilla llegó y esparció las hormigas en el cuerpo del mico. El dolor de las picaduras de las hormigas hizo que el mico perezoso fuera soltando el árbol que sostenía hasta que al fin lo hizo.

Este árbol cayó sobre el mundo formando relámpagos, truenos y haciendo brotar aguas. Un inmenso caudal se formó del tronco dando origen al río Amazonas y de las ramas se fueron formando las lagunas y afluentes.

Fue tanta la alegría de Yoí que se metió al agua y a medida que las gotas lo salpicaban fue convirtiéndose en una multitud de peces que llenaron los ríos. Entonces Ipí notó su soledad y vio que sobre el agua flotaba el corazón del árbol. Por curiosidad lo cogió, lo plantó y cuidó con mucho cariño estando siempre pendiente de él. Luego de algún tiempo se lo comió y sintió algo maravilloso, al botar la semilla vino una señorita muy hermosa y le dijo que lo quería mucho. En adelante, Ipí la consideró como su mujer. Esta fue la primera pareja que existió en el mundo.

Yoí volvió a la tierra donde su hermano Ipí que ya tenía esposa, pero al llegar, la esposa de Ipí desapareció y Yoí se sintió solo y triste. Un día se fue al puerto y se sentó a la orilla del río cuando de pronto se le apareció una joven muy hermosa que se quedó con él. Yoí consiguió pareja mientras su hermano se quedó solo de nuevo.

Yoí pensó en organizar todos los seres que había creado y organizarlos por clanes.

Yoí e Ipí estaban juntos cuando se les apareció una iguana. Yoí la mato y enseguida la cocinaron. Cuando estuvo preparada Yoí la repartió entre todos los animales creados por él. Cuando la iba repartiendo a cada animal iba mencionando el clan al que pertenecía: el muchilero, la garza, el tigre, la guacamaya, el tucán, la garza negra, la hormiga, el canangucho, en total catorce clanes. Así mismo instruyó a cada uno sobre con quién podía casarse dejando bien claro que por ejemplo, guacamaya con garza no  se podía, al ser unión de dos plumas, pero que guacamaya con tigre, no era ningún problema, pues era piel con plumas. También estableció que los hijos heredarían el clan de su padre y pronunciando estas palabras volvió al tronco del palo y al río más grande, el río Amazonas.

El bufeo colorado

Este famoso pez del Amazonas es también conocido como tonina o delfín. Se cree que se convierte en hombre para seducir a las mujeres. Las muelas y algunas partes del cuerpo de la hembra se usan como talismanes en la pesca, la cacería y el amor.

Dicen que el animal se transforma en persona y se le presenta a la gente que utiliza partes de su cuerpo, como dientes, o que mata a su especie para hacer pusanga (brujería) o talismanes para maleficios.

Con el diente del bujeo se hace un preparado con cualquier aceite y se unta a la gente que se vuelve loca inmediatamente. Solamente a la persona que utiliza el diente para hacer esta maldad se le aparece el animal convertido en persona; le conversa como cualquier humano, lo encanta, lo enamora y lo lleva al río donde lo mata. Si es hombre el que mató al bujeo, éste aparece convertido en mujer y viceversa.
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El Sombrerón

La Leyenda del Sombrerón


Cuenta la historia que hubo un personaje que vivió en diferentes pueblos hace mucho tiempo. Era un hombre viejo que vestía de negro y se ponía un gran sombrero del mismo color; montaba un audaz caballo también negro que se confundía con la noche, no hablaba con nadie y a nadie le hacía daño; aparecía y desaparecía como por encanto.

Dicen que al anciano se le podía encontrar en las orillas del camino, y aunque hace mucho tiempo que murió, la gente sigue sintiendo su presencia. Físicamente se le describe como un hombre anciano, con un sombrero grande, bien vestido, de rostro opaco y en actitud de observación permanente.

Las personas que lo han visto aseguran que lo acompañan dos enormes perros negros cogidos por gruesas cadenas. Los trasnochadores que lo han visto o a quienes se les ha presentado, dicen ver la figura que les sale al camino, los hace correr y les va gritando cosas para asustarlos.

Siempre persigue a los borrachos, a los peleadores, a los trasnochadores, los jugadores y a los tramposos. Aprovecha los sitios solitarios. Cuentan que en noches de luna llena es fácil confundirlo con las sombras que proyectan las ramas y los arbustos. Llega siempre de noche a todo galope, acompañado de un fuerte viento helado y desaparece rápidamente.

El Sombrerón fue famoso en el departamento de Antioquia, en la época de 1.837, cuando recorría todas las calles. Aparecía cuatro o cinco viernes seguidos, volvía a aparecer uno o dos meses después. "Parece que fuera el Sombrerón, el espanto propio de Medellín".

También hay historias de sus andanzas en otras regiones colombianas como el Tolima, el Huila y al oriente del Valle del Cauca. Se le denomina como El Jinete Negro y se le describe en forma muy similar a como se ha descrito aquí.

La Candileja

La Leyenda de la Candileja


Cuentan que la Candileja es una bola ardiente de tres antorchas, con brazos como tentáculos rojos candela, que produce ruido de jarrones rotos. Persigue a borrachos, infieles y a padres de familia irresponsables y temerosos.

Dicen además, que asusta también a los viajeros que transitan en horas avanzadas de la noche. Los abuelos y tatarabuelos, en hogares de familias numerosas, contaban esta leyenda una y otra vez para darles una lección a sus hijos y nietos que se portaban mal.

Según cuentan, hace muchísimos años había una anciana que tenia dos nietos a quienes consentía demasiado, tolerándoles hasta las más extrañas ocurrencias, groserías y desenfrenos. Los malos comportamientos de los nietos, llegaron hasta exigirle a la viejita que hiciera el papel de caballo de carga para ensillarla y luego montarla entre los dos; la abuela accedió para la felicidad de sus dos nietos, quienes anduvieron por toda la casa como sobre el más manso caballo.

Cuando murió la anciana, San Pedro la regañó por la falta de rigidez en la educación de sus dos nietos y la condenó a purgar sus penas en este mundo entre tres llamaradas de candela que significan: el cuerpo de la anciana y el de los dos nietos.

El Silbón


La Leyenda del Silbón

Hay personas que aseguran que la naturaleza humana sigue al individuo más allá de esta vida.

A la luz de estas creencias, si fuiste una persona buena, tu alma será un ser de luz; por el contrario, si en tu vida sembraste maldad, tu espíritu lo cosechará, y será una sombra oscura, que penará eternamente, sin hallar descanso.

Al parecer esta es la explicación del origen de uno de los protagonistas de las leyendas más temidas de los llanos venezolanos y colombianos: El Silbón.

Según el libro El Silbón: Realidad y Leyenda del coplero popular Dámaso Delgado, este espíritu es el alma en pena de un hombre, nacido en Guanarito, pueblo del llano venezolano, que mató a su padre y se comió su vísceras como asado, guardando sus huesos en un costal, que ahora carga por el resto de la eternidad.

Una de ellas, que también sitúan al lugar de nacimiento en Guanarito, cuenta la historia de un joven, que al llegar a su casa encontró a su padre violando a su joven esposa, con quien el joven llevaba poco tiempo de casado.

Al interpelar al padre, éste sólo se limitó a decir:

“lo hice porque era una regalada”.

Dicen que eso originó una pelea grave, cuerpo a cuerpo, entre padre e hijo, que terminó cuando el joven asfixió a su papá.

Cuentan que el abuelo, quien había visto toda la pelea, amarró al muchacho y como castigo le destrozó la espalda a latigazos, le rocío las heridas con ají, y soltó a un perro llamado Tureco para que lo persiguiera eternamente.

Así mismo, mientras el joven huía llano adentro, el abuelo lo maldijo, condenándolo a cargar eternamente con la pena de haber matado a quien le dio la vida:

“Eso no se le hace a su padre. ¡Maldito eres para toda la vida!”

El Mohán

La Leyenda del Mohán

Este personaje es el más legendario, conocido y respetado en el Tolima. Se puede decir que es el personaje más importante en la mitología tolimense. Se le llama, también, el Poira. Es un ser de forma humana, con la cara quemada por el sol, de cabello largo, ojos penetrantes y picarescos La gente dice que es un gran perseguidor de mujeres.

El Poira es el Mohán travieso y enamorado. Les roba la tranquilidad a las jóvenes, las idiotiza, las emboba y las atrae hacia él con artificios. Sus hazañas son muy conocidas y, hasta hace poco tiempo, no se podía poner en duda su existencia ante las versiones de los campesinos.

Cuentan que el Mohán vivía en los charcos más profundos y peligrosos de algunos ríos y quebradas donde tenía cuevas o cavernas internas que sólo él conocía y consideraba como propios. Son muchas las muchachas que ha raptado, formando así un sin fin de leyendas a cual más fabulosas, irreales y novelescas.

El Mohán aparece por diferentes ríos y quebradas fumando un grueso tabaco para espantar a los insectos. Encanta y enamora a las mujeres que suelen ir a lavar la ropa a estos lugares para luego llevárselas. Video - La leyenda del Mohán

La Pata Sola

La Leyenda de la Patasola



Cuenta la leyenda que hace mucho, habitaba entre la maleza espesa de la selva virgen por las cumbres de la llanura, un ser denominado: "La Patasola".

Este misterioso ser, corre con una rapidez asombrosa y es uno de los monstruos más temido por colonos, mineros, cazadores, vigilantes, agricultores y leñadores. Aquellos que han visto a la "Patasola", dicen que es una mujer muy hermosa que suele llamarlos para enamorarlos.

Una vez que captó la atención de un hombre, ella retrocede lentamente hacia la oscuridad del bosque conduciéndolo con mirada lasciva, y cuando ya está muy lejos como para que huya, la "Patosa" se transforma en una mujer horripilante con ojos de fuego, boca enorme con grandes colmillos como el de un felino y despeinada que tapa su feo rostro.

Otras veces, se hace pasar por una mujer extraviada o en desgracia que llora sin cesar. Cuando su victima la escucha y va hacia ella para supuestamente "rescatarla o auxiliarla", ella lo embosca en su verdadera forma de monstruo que devora su sangre y lo devora. Video - La leyenda de la Patasola

El Hombre Caimán

El Hombre Caimán

El hombre caimán es una leyenda de la costa norte de Colombia. La popularisima canción colombiana "Se va el caimán" de Crescencio Salcedo, también tiene su origen en este relato.

Este es el caimán, este es el caimán,
que dice toda la gente.
Este es el caimán, este es el caimán,
un caimán inteligente.

Sí, mi amigo. Esta historia empezó aquí mismo. Y el que es hoy el hombre caimán se sentaba allí, donde está usted ahora dispuesto a tomarse un vaso de ron, un queso y por último, su plato de arroz con coco.

Miraba siempre hacia la orilla opuesta del río y cuando adivinaba la presencia de alguien al otro lado, apuraba su arroz y desaparecía en el agua. ¿Que por qué hacía todo esto? No se desespere, amigo, termine de tomarse su ron y escuche, que este cuento apenas lo empiezo.

El Hombre Caimán - Mitos y leyendas ColombianasEs una historia de amor, como todas, con la diferencia que el hombre salió mejor librado que cualquiera, a pesar de todas las adversidades. Así que si va a pedir otro trago, hágalo de una vez, que yo aquí empiezo mi relato y no paro hasta el final.

Un hombre, alegre y despreocupado, viajaba continuamente de Pinillos a Magangué vendiendo toda suerte de alimentos y frutas hermosas. A grandes voces y en medio del jugueteo entre él y las gentes de por aquí, el hombre divertía a todos con sus historias absurdas de cómo adquiría los productos, hasta el punto de convencer a los compradores de que lo que se llevaban eran objetos maravillosos.

Una tarde, mientras anunciaba a gritos la venta de unas naranjas que, según él, poseían las esencias del amor eterno, descubrió para su fortuna la presencia de una bella mulata con el pelo recién enjuagado que caminaba despreocupada. El hombre entabló conversación con la muchacha y rápidamente, ambos se vieron profundamente atraídos.

Ella se llamaba Roque Lina y era la hija de un severo e inabordable comerciante de arroz. Sus hermanos, que jugaban el secreto papel de vigilantes de los pasos de la muchacha, al darse cuenta de que Roque Lina era atraída cada vez más por las frases pomposas del hombre, dieron la voz de alarma a su padre.

Así pues, amigo, cuando el hombre apareció como de costumbre con sus alaridos y sus productos de otro mundo y se precipitó feliz a saludar con canciones a su querida Roque Lina, se encontró frente a la presencia poco amable de su imposible suegro. “Aquí el que vende soy yo”, le dijo tajantemente el padre. “Y mi hija no es arroz. Así que puede irse con su música a otra parte, antes de que tengamos problemas. ¡O yo no sé!”. Y sin agregar una palabra más, tomó a Roque Lina del brazo y la arrastró con él.

Fue desde ese momento cuando el hombre empezó a venir todos los días a esta tienda, a pedir el mismo ron, el mismo queso y el mismo arroz con coco y a mirar hacia el río. ¿Por qué? Rápidamente lo fui entendiendo: aquí los hombres se bañan en esta orilla. Hacia la mitad de la corriente hay un remolino y al otro lado se bañan las mujeres. Asimismo, aquí la gente va a la necesidad en el agua y se cobra un centavo por todo. ¿Qué pasaba? Pues nada más que el hombre se había puesto de acuerdo con Roque Lina para que cuando ella fuera a bañarse, él atravesara el río a nado y fuera a visitarla.

Usted estará preguntando cómo haría el hombre para atravesar aquel remolino, que a primera vista se adivina no apto para seres humanos. Pues aquí es donde reside el secreto de la historia. El hombre terminaba de comerse el arroz, se metía al agua y poco a poco, su cuerpo se iba corrugando, sus brazos se encogían en pequeñas patitas, sus piernas se unían en una agitada cola y cada uno de los granitos de arroz que se había comido se iban transformando en una hilera de dientes filudísimos, hasta quedar convertido en un expertísimo caimán nadador.

Así el hombre caimán atravesaba ágilmente el remolino y luego de violentos chapoteos, lograba llegar hasta donde Roque Lina, quien ansiosa lo esperaba para ir a descubrir con él las profundidades secretas del río. El hombre venía aquí a diario, bebía y comía su eterna ración y se lanzaba en su viaje reptil donde su amada Roque Lina. Esta visita permanente fue poniendo alerta a todos los pescadores de la zona.

Una mañana, uno de los hermanos de Roque Lina alcanzó a percibir la cola desenfrenada del hombre caimán rompiendo el remolino y de inmediato dio la voz de alarma. Todos los pescadores de Magangué se dieron a la caza del caimán. Pero cualquier esfuerzo era inútil. Mientras más obstinados eran los hombres tratando de aniquilar al animal, más ágil se volvía el hombre para llegar hasta la orilla de Roque Lina.

Tómese el otro roncito, amigo, que esta historia ya se precipita a su final y tiene que prepararse para lo que sigue. ¿Me va siguiendo….?

El papá de Roque Lina, hombre ostentoso y sediento de fabricarse su propio orgullo, ubicó con exactitud el sitio por donde el caimán solía nadar y organizó un cerco para atraparlo.

Una mañana, un buen número de pescadores navegaron afanosamente por estos parajes, buscando sin descanso al caimán, comandados por el padre de Roque Lina. Mientras esto sucedía, el hombre de nuestra historia, sentado allí donde usted está, terminó su ron, su queso y su arroz y se fue de aquí. ¿Hacia dónde iba si todos lo buscaban? Luego lo supe: el muy vivo se echó al agua mientras todos estaban en su búsqueda, nadó agitadamente hasta el barco del papá de Roque Lina y de una, se devoró todo el arroz que encontró. Acto seguido, buscó a su amada que dormitaba en el muelle. Suavemente la acomodó sobre su espalda y sin despertarla, se alejó con Roque Lina en silencio.

Nunca volvió a saberse de ellos. Pero, desde ese día, todos los hombres de por aquí esconden temprano a sus mujeres y se apuran a comerse todo el arroz que tengan en la olla, antes de que el hombre caimán venga y haga desaparecer mujer y granos.

Este es más o menos el cuento, amigo. Lo bueno es que por aquí, desde esos días, se canta un merengue que dice:

Esta mañana, temprano,
cuando bien me fui a bañar,
vi un caimán muy singular
con cara de ser humano.

Ya se da cuenta por qué es. Lo único que no puedo brindarle, amigo, es su plato de arroz con coco. Por estos días, no sé por qué, ha estado escaso por aquí. Pero. . . ¿no quiere que le cuente otra historia? Video - La leyenda del Hombre Caimán

La Muelona

La Leyenda de la Muelona

Dicen que es una mujer bonita de largos cabellos, ojos electrizantes, una dentadura como de fiera que destroza fácilmente lo mismo a un ser humano que a una vaca o un caballo. Como la dentadura la exhibe siempre, parece que estuviera continuamente riéndose. Prorrumpe unas carcajadas estridentes y destempladas, haciendo estremecer la zona donde se halle.

Las horas preferidas para salir a los caminos son: de las seis de la tarde a las nueve de la noche. A los caminantes se les aparece a la orilla del sendero o contra los troncos de los árboles añosos, a manera de una mujer muy atractiva y seductora, pero que al estar unidos en estrecho abrazo, los tritura ferozmente.

Casi siempre persigue a los jugadores empedernidos, a los infieles, alcohólicos, perversos y adúlteros. Los campesinos dicen que los hogares que se libran de ella, son los que tienen niños recién nacidos o mujeres que van a ser madres.

Cuentan los cronistas que en la época de la Colonia se diseminaron por el país las mujeres españolas, que aunque muchas eran buenas, el resto era de pésimos antecedentes. Algunas de estilo gitano eran perversas, corruptoras que ocasionaron perjuicios lamentables a familias modestas, engañando niñas inocentes y arruinando a hombres que poseían cuantiosas fortunas.

Una de ellas, "la Maga" estableció su negocio resolviendo consultas amorosas, arreglando, o mejor, desbaratando matrimonios, echando el naipe, leyendo las líneas de la mano, en fin, todo lo que fueran artimañas. Cuando conoció mucha gente y tenía mucha clientela, ensanchó el negocio con una casa de diversión; allí conquistaba cándidas palomas y limpiaba el bolsillo de altos representantes del rey de España, no dejando de lado "los criollos" más adinerados.

La suma de atrocidades cometidas por la pérfida mujer fueron incontables. Ella enseñó a las jóvenes a evitar la maternidad; cayó la ruina en centenares de hogares; se agotaron ingentes fortunas y vino como consecuencia la depravación, las enfermedades venéreas y esposas abandonadas.

Cuando murió la disoluta "maga", la casa se llenó de un olor nauseabundo, hasta el punto de tener que abandonarla de inmediato.

Una de las mujeres preferidas por la muerta se arriesgó a quedarse aquella noche para recoger algunos utensilio, trajes y joyas. Apenas apagó la bujía para acostarse, una bandada de vampiros invadió la estancia y una voz cavernosa se oyó en el dormitorio: "...tengo que vengarme de los hombres jugadores y perniciosos! malditos!, !de las mujeres livianas y descocadas! !estarán conmigo en el infierno!,! soy la muelona!..."

La indefensa mujer no podía prender el candil porque el aleteo de los quirópteros apagaban la yesca, a la vez que le azotaban la cara. Ya desesperada y horrorizada salió gateando a la calle para contar alarmada lo que acababa de presenciar.

Las autoridades tuvieron que prender fuego a la casa maldita para dar paz y tranquilidad a los vecinos quienes vivían inquietos y mortificados con aquella casa de escándalos y vicios.

La Madre Monte



La Leyenda de la Madremonte

Los campesinos que conocen la historia de la madre monte, y que la han visto indican que cuando ella se baña bajo las cabeceras de los ríos, estos se vuelven muy caudalosos, y llegan a desbordarse, originando inundaciones, fuertes borrascas, ocasionando todo ello unos daños incalculables sobre la población.

Les proporciona fuertes castigos a todos aquellos que invaden sus terrenos, y que se pelean por linderos, detesta a los perversos, vagabundos, esposos infieles, y perjuros.  Maldice con graves plagas al ganado de sus propietarios que se meten en terrenos ajenos, o cortan alambrados sin autorización alguna.

A todo aquel que va por malos pasos, les muestra una montaña impenetrable, un camino enmarañado, de manera que sientan miedo, terror, mareo, del que no lograrán despertarse después de unas largas horas.  Al levantarse su víctima pensará que fue solo una alucinación, pero el miedo le quedará en el cuerpo por siempre si continúa por los malos pasos.

El mito la madremonte no solo es conocida en Colombia, sino también en Paraguay, Brasil y Argentina, con nombres tales como: La Madre de los cerros, Madreselva, o Fantasma del Monte.  Es casualidad que por esos países aquella mujer actúe de la misma forma?. No lo creo.

La gente dice que para poder librarse de ella, se aconseja ir fumando un tabaco, puro, o bien con un bejuco atado a la cintura de adorote.  También se recomienda que lleven pepas de cavalonga en los bolsillos, o una vara que haya sido cortada hace poco tiempo con cordoncillo de guayacán.

También sirve para el caso, llevar consigo escapularios, o algún tipo de medalla bendita, e ir rezando a San Isidro labrador, el cual es considera como el abogado de los aserríos y los montes. Video - La leyenda de la Madre Monte

El Duende

La Leyenda del Duende



Según la tradición oral mestiza del Suroccidente  colombiano, existía un ángel que era el más hermoso de todos, se llamaba Luzbella y era el consentido de Dios, a tal punto que le enseñó y permitió hacer ángeles. Luzbella se sintió tan poderoso que se sentó en el trono tratando de suplantar a Dios, éste se enfadó y lo sentenció: “por haberme desafiado ya no serás Luzbella, sino Luzbel-Lucifer” y lo expulsó del cielo junto con sus ángeles. Los que cayeron a la tierra se convirtieron en mariposas y los que cayeron en el infierno se convirtieron en demonios y Luzbella en el Diablo. 

Dios conservó de los ángeles Luzbellinos a los que tocaban el tiple. Esos ángeles-músicos podían salir y entrar al cielo con entera libertad y aprovechaban para venir a la tierra a parrandear. Cada vez se demoraban más en regresar, hasta que un día encontraron cerradas las puertas celestiales. Dios no quiso dejarlos entrar nunca más y los ángeles errantes regresaron a la tierra. Aquí se convirtieron en duendes, pequeños seres vestidos con colores que llevan un gran sombrero, ligados a la música, en particular al tiple. La divinidad o maldad de estos encantados seres es algo ligado a las actitudes de la gente con sus congéneres o con el entorno natural, del cual son guardianes, haciendo que los cazadores no puedan ver a sus presas a pesar de tenerlas en frente o envolatándolos en el bosque para que no puedan hacer daño a la vegetación y a los seres que allí habitan.

Además de la música a los duendes les encantan los niños a los que atraen con juguetes coloridos que sólo esos pequeños pueden ver, hasta adentrarlos en sus terrenos y llevárselos para no volverlos a ver. Se interesan por las crines exuberantes de los caballos, las cuales enredan en la noche con nudos que nadie es capaz de soltar, no habiendo más remedio que cortarlas. Para ahuyentar a un duende que hace travesuras se usa un tiple nuevo y se afina como se afinaba en el cielo. Se deja el instrumento en algún lugar visible de la casa o sitio visitado por el duende para que lo pueda ver y como buen músico no aguantará las ganas de tocarlo, así se encontrará con el temple sagrado y furioso destrozará  el tiple y jamás volverá. Video - La leyenda del Duende

La Llorona



La Leyenda de la Llorona




La llorona es el espíritu de una mujer de quién se dice perdió a sus hijos, deambula por las lagunas, ríos, valles y montañas buscando a sus hijos, por lo general se caracteriza por su aberrante alarido o llanto el cual muchos afirman que dice “Ay, mis hijos” ó “Donde están mis hijos”.

No obstante las historias varían, pues en unos lugares se dice que el motivo de su penitencia se debe a que se descuido y su hijo se le ahogo en el río, incluso que hasta ella misma ahogo a su bebé. También que su alma está en pena debido a que enloqueció debido a su situación económica y termino acabando con la vida de ella y sus hijos.

Se dice que La Llorona va vestida con una bata negra que le llega hasta los talones, así mismo las mangas de la bata le llegan hasta las muñecas, tiene el cabello largo y rizado de color plateado, café e incluso hasta dorado y que en él lleva grillos, luciérnagas, mariposas y demás insectos. Los que la han visto dicen que tiene el rostro de una calavera y que sus ojos giran como esferas incandescentes y en sus brazos lleva a un bebé muerto.

En otras regiones como en Nariño se le atribuye un aspecto físico totalmente diferente, allí La llorona o La Tarumama es una vieja monstruosa que en vez de tener pies tiene cascos de mula, además también tiene un par de senos muy grandes el cual se los echa a la espalda, dicen que es un alma en pena y que fue castigada por abandonar a su hijo para no ser reprochada, pues lo concibió aún si estar casada.
Así mismo también algunos aseguran haberla visto vistiendo ropa vieja y oscura, encima de su cabeza lleva un cuervo simbolizando la muerte y en su nariz un cordón umbilical colgando y que lleva en sus brazos un feto muerto. Video - La leyenda de la Llorona

Introducción al blog

¿Por qué los mitos y leyendas?


Tal como retoma Valverde (2010) de Ong(1996)  el hombre en la actualidad le da más credibilidad a la palabra escrita que a la tradición oral, pues se considera que esta última forma de comunicación no merece ser tenida en cuenta y que tiende a desaparecer para dar paso a la comunicación escrita. Ahora que nos encontramos en el siglo XXI lo escrito se convierte a lo digital y es aquí donde entra el propósito del blog, digitalizar leyendas y cuentos, historias y narraciones fantásticas, con historias oficiales y tradicionales, dignas de ser contadas a las generaciones del mañana.

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Hay que tener en cuenta que la tradición oral en cierta forma se ha ido perdiendo con el tiempo, y la intención social del blog apunta también a que no se pierda; la invitación hoy apreciados lectores es a que recuerden de donde vienen y para donde van, a que se respete y aprecie el pasado y la cultura, quienes somos, nuestra tradición y cultura, además de por supuesto motivar la lectura cultural y crítica.

Los invitamos a que recorran el blog, y se sientan libres de hacer comentarios, pero especialmente a que mantengan vivas las leyendas que aquí yacen.

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